Los días pasan, su marcha lenta y moribunda deja huellas en mi cuerpo, mente y alma.
Los pensamientos se apoderan de mi mente, como eco resuenan en mis oidos la palabras idas, las promesas rotas y los sueños sin cumplir.
¿Dónde quedaron los días de paz?
¿Dónde quedó el amor que ante Dios nos juramos?
Hoy todo es un rio de reproches, de dudas y desconfianzas. Sentimientos que son alimañas que nos deboran cuando queremos tocar sus aguas.
La huellas de esta guerra no dejan de sangrar, día a día nos miramos sin ser capaces de enterder qué fue lo que pasó. Talvez nos queremos, talvez nos amamos, pero nos hacemos daño, nuestras caricias son espinas que nos hieren y traspasan nuestra piel, el dolor que nos causa es tan ondo como el mar sin fin.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario